El Monstruo de la Comparación - Shady
Una historia de JESÚS APONTE
En el pequeño pueblo de Esperanza, vivía Lucas, un chico talentoso y creativo que, con el tiempo, comenzó a compararse con los demás.
De un tiempo para acá, Lucas solo veía cómo sus amigos lograban grandes cosas y cómo en las redes sociales todos parecían llevar una vida perfecta. Esto le hizo sentir que él no era suficiente.
Un día, de la nada, empezó a notar algo extraño: una sombra que lo seguía a todas partes.
Al principio, apenas era una mancha pequeña, pero con cada pensamiento negativo que tenía sobre sí mismo, la sombra crecía. La sombra pronto se convirtió en Shady, un monstruo oscuro con garras largas y una sonrisa burlona.
Shady se alimentaba de las inseguridades de Lucas, susurrándole al oído cada vez que veía a alguien más exitoso, más fuerte o más feliz que él.
Lucas no podía escapar de Shady y entre más atención le prestaba, más grande y fuerte se volvía el monstruo. "Nunca serás suficiente", le repetía Shady una y otra vez, haciéndolo sentir cada vez más pequeño.
Hasta que un día, mientras caminaba por el parque, Lucas se encontró con una anciana que lo miraba fijamente… y al acercarse lentamente, ella le dijo: "Puedo ver a tu sombra", señalando a Shady. "Ese monstruo no tiene poder si dejas de alimentarlo".
Lucas, confundido, preguntó cómo podía hacerlo. La anciana le respondió: "Deja de compararte. Mira a los demás, pero no para juzgarte. Mira para aprender, para inspirarte y sobre todo, para agradecer lo que ya tienes. Cada vez que te enfocas en lo que te hace único, Shady pierde su fuerza".
Lucas decidió intentarlo. Cada día, dedicaba un momento a reconocer sus logros y todo lo que lo hacía especial. Poco a poco, Shady empezó a encogerse. Su voz se debilitó y sus garras ya no lo alcanzaban. Al final, con el paso de los días, Shady desapareció, porque Lucas terminó entendiendo que lo único que realmente importaba era lo que él pensaba de sí mismo.
Desde entonces, Lucas supo que la única comparación válida era con su mejor versión. Y así, Shady desapareció para siempre.